El Papa León XIV denunció que el uso del hambre como arma “es un crimen de guerra” y criticó lo que calificó de “apatía” de las sociedades avanzadas frente a la desigualdad creciente”, hablando ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, que visitó al cumplir su 80 aniversario.
León XIV exhortó a la comunidad internacional a “no mirar para otro lado” en un momento en que disminuyen los presupuestos de ayuda”. Afirmó que 673 millones de personas no comen lo suficiente cada día.
Las advertencias del Papa Robert Prevost, que habló en español (fue misionero y es ciudadano peruano), llegan en un momento crítico por los recortes de financiación de los principales donantes, lo que pone en peligro las operaciones con países clave y empuja a millones de personas a niveles de hambre alarmantes.
El Papa advirtió que 13,7 millones de beneficiarios podrían enfrentar niveles de hambruna extrema a medida que se recortan los fondos. Condenó el hambre como arma de guerra. Los grupos humanitarios han denunciado mucho tiempo esta práctica en la que se restringe o desvía la comida o la ayuda durante un conflicto, dejando a civiles inocentes sin alimentos.
Falta de fondos
El Programa Mundial de Alimentos de la FAO indicó en un informe de este miércoles que su financiación “nunca ha estado en tanto peligro por recortes del gobierno norteamericano y otros donantes occidentales.
El Papa mencionó directamente los conflictos de Ucrania y Gaza. “No podemos seguir engañándonos pensando que las consecuencias de nuestros fracasos afectan solo a aquellos que están ocultos a nuestra vista”, afirmó.
“Los rostros hambrientos de tantos que aún sufren nos desafían y nos invitan a reexaminar nuestros estilos de vida, nuestras prioridades y nuestra forma de vida en el mundo actual”.
La semana pasada el Papa publicó su primera exhortación apostólica “Dilexi te” en la que hace un amplio llamado a enfrentar todas las formas de desigualdad.
Ante la FAO destacó que “es necesario movilizar todas las energías disponibles con espíritu de solidaridad, para que nadie en el mundo carezca de los alimentos necesarios, tanto en cantidad como calidad”, destacó.
Reiteró también la importancia del multilateralismo frente a las “tentaciones dañinas que tienden a manifestarse como autocráticas” y de escuchar la demanda de los países pobres sin imponerles “soluciones elaboradas en oficinas lejanas”.
“Debemos hacer nuestro su sufrimiento”, afirmó hablando en inglés. “En un tiempo en el que la ciencia ha alargado la esperanza vida, permitir que millones de seres humanos vivan y mueran golpeados por el hambre, es un fracaso, un extravío ético, una culpa histórica”, concluyó.
Fuente: diario Clarín