“El diálogo entre el político y la gente está absolutamente roto”
Lo expuso el economista y analista político Martín Hourest.
El economista y analista político Martín Hourest se refirió esta mañana en Radio Altos al inicio del año electoral con comicios en cuatro provincias: Chaco, Salta, Jujuy y San Luis.
Remarcó que dependiendo a qué espacio político se le pregunte, se podrá determinar quién ganó y quién perdió, más allá de los porcentajes de las votaciones.
Principal hincapié hizo a lo largo de la nota en la baja participación de la ciudadanía en las recientes elecciones y expuso que esa situación se traduce en una pérdida para la democracia.
A continuación las frases más destacadas de Hourest en Frente a Cano:
“Estamos entrando a un proceso de baja participación electoral en todo el país”.
“Pierde toda la democracia cuando caen los niveles de participación”.
“Si no se generan alternativas y si la gente participa menos de los actos eleccionarios, no es un signo de salud, sino de que la democracia pierde”.
“Tras las primeras elecciones provinciales del año no parece verse una avalancha de sostén al gobierno”.
“La Libertad Avanza puede convertirse en una minoría o en la primera minoría tras las elecciones de octubre”.
“No existe en el panorama, ya no electoral, sino en el discursivo, una agenda alternativa a la del gobierno”.
“La gente vota razonablemente sobre la base de la oferta electoral y en torno a esa oferta elige la agenda que menos la perjudica”.
“La gente no vota la agenda que más le gusta, vota la que menos la perjudica”.
“La ciudadanía está hoy en un proceso de disgregación de sus certezas, no sabe si canjear estabilidad económica por la forma de convivir con el de al lado”.
“Si no te encargás de proveer esperanzas serias a la sociedad, la gente se queda con las certidumbres crueles”.
“La democracia se tiene que ocupar de relegitimarse, de hacer encuestas poselectorales y preguntarle a la gente qué quiso meter en el papel cuando votó”.
“Como esa conversación política ulterior no aparece, lo que termina sucediendo es que el sistema político habla su propio idioma y la sociedad tiene otras preguntas y respuestas y se saca de encima la obligación de votar sin asignarle capacidad de control, de castigo ni de apoyo”.
“El diálogo entre el político y la gente está absolutamente roto”.