El economista y analista político Martín Hourest se refirió esta mañana en diálogo con Radio Altos a los resultados de las elecciones legislativas nacionales y sostuvo que el gobierno de Javier Mile más que ganar los comicios, vio cómo los perdía la oposición.
“Mi impresión es que no se han leído los cambios que existen en la Argentina. Y cuando uno mira con ojos viejos los fenómenos nuevos, tiene dificultades para incorporarlos”, planteó.
Para explicar el triunfo libertario, en primer lugar señaló que no se deben seguir leyendo las elecciones en clave de peronismo o antiperonismo y sí hay que incorporar el factor “miedo”, por ejemplo, al retorno de condiciones de desorden macroeconómico y de inflación.
En segundo lugar, remarcó que hay que dejar de pensar que las elecciones son una respuesta a lo que ocurrió el día anterior: “la gente vota, como se lo ha enseñado la lógica del mercado, en defensa propia, pero no para votar un gobierno, sino para sacarse problemas de encima y porque no quiere que le traigan problemas”.
“El abandono de la cuestión pública, el decir voto esto porque por lo menos no me va a joder en ésta, me parece que está junto con la abstención caminando. Es decir, hay un doble fenómeno, menos gente que va a votar y gente que va a votar para sacarse al sector público o a lo público de encima”, expuso.
Al ser consultado sobre cómo influyó la ayuda de Estados Unidos a la gestión libertaria y las declaraciones del propio presidente Donald Trump, dijo que si bien no fueron determinantes, sí concurrentes. “En el horizonte de cada mujer y de cada hombre hay un proceso de inseguridad cotidiana profundo de no saber si va a tener ingresos, si va a llegar a fin de mes”, afirmó.
Y continuó: “Si no hay una estrategia reformista enfrente, y éste es el problema de tener enfrente una oposición sin corazón y sin cabeza, la gente opta por preguntarse, ¿de qué manera se puede evitar que me generen más lío?”.
Hourest aseveró que no hubo el domingo pasado un voto de respaldo estratégico a un proyecto e insistió, como lo ha manifestado en otras ocasiones, que el Gobierno de Milei está agotado de ideas.
“Hoy nadie está discutiendo para dónde va a arrancar el Gobierno, volvemos a discutir la banda cambiaria, si hay o no certezas en términos de la refinanciación de vencimientos de deuda. La política no le provee un escenario de discusión a la sociedad”, criticó.
De cara al futuro, alertó que si se estabiliza la inflación, objetivo que tiene como horizonte la administración nacional, el país quedará sin infraestructura, sin bienes públicos, con problemas severos de empleo y sin movilidad social colectiva.
“Argentina podría parecerse a Lima, capital de Perú, con una sociedad fragilizada, solamente especializada en la explotación de algunos recursos naturales, con algún tipo de actividad internacional y en un mar de informalidad”, comparó.
Reiteró en que el voto del domingo se justifica en que no se está discutiendo un país, sino las urgencias. Y cuestionó a los sectores de la oposición que no pusieron en debate los temas que le importan a la sociedad y que hacen a su cotidianeidad, por ejemplo, el estado de las rutas o la capacidad de intervención del sector público.
“No se quiso dar esa discusión porque la oposición esperaba y creía que había que dejar que el gobierno de Milei chocara la calesita”, analizó.
“¿Alguien cree con la cabeza ordenada que semejante dispositivo que vemos hoy de todo el sistema empresario argentino más concentrado aplaudiendo al gobierno iba a hacer que esta salida fuera algo más que una derecha consolidada? ¿Alguien pensaba que de una crisis de este tipo, si uno no tenía un programa alternativo, iba a derrotar al gobierno y la salida iba a ser más inclusiva, con mayor densidad democrática?”, ironizó. Y concluyó: “Se discutió todo el tiempo si La Libertad Avanza tenía el tercio o no para seguir sacando leyes en minoría y vetando las que saca la mayoría. Nadie buscó construir una mayoría. La desorientación colectiva es enorme”.