El sistema de tráfico aéreo de Estados Unidos ha entrado en una fase crítica, lidiando con una escasez histórica de controladores aéreos que se ha visto dramáticamente agravada por el actual y prolongado cierre del Gobierno Federal (Shutdown).
La combinación de falta de personal remunerado, fatiga laboral y una reducción forzosa de la capacidad operativa ha desencadenado un caos masivo en los principales aeropuertos del país, con miles de vuelos cancelados y demoras que superan las varias horas.
La escasez crónica: una cifra de alarma
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ya enfrentaba una carencia estructural de personal antes de la crisis administrativa. Estimaciones previas al cierre indicaban que el sistema requería alrededor de 3,000 controladores adicionales para operar con una dotación completa y reducir la presión sobre los empleados existentes.
Esta falta crónica obliga a los controladores en servicio a trabajar jornadas extenuantes. Se han reportado semanas laborales de seis días y turnos de hasta diez horas, lo que aumenta los niveles de estrés y fatiga, y consecuentemente, las preocupaciones por la seguridad aérea. Según la FAA, casi la mitad de las torres de control más importantes han registrado “alertas de personal” debido a la baja disponibilidad de controladores.
El efecto devastador del shutdown
El actual cierre gubernamental, que ya ha superado récords de duración, ha paralizado el pago de salarios a unos 13,000 controladores aéreos (junto a otros empleados considerados esenciales como el personal de seguridad aeroportuaria, TSA), quienes están obligados a continuar sus labores sin recibir sueldo. Esta situación ha disparado el ausentismo y las renuncias en el sector, incrementando aún más la presión operativa.
El Secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, ha advertido públicamente sobre la gravedad de la situación, afirmando que los problemas “solo van a empeorar” y que el Gobierno se ha visto forzado a tomar medidas drásticas para evitar un accidente.
El impacto en números y aeropuertos
Las consecuencias de esta doble crisis se reflejan en un fuerte golpe a la conectividad aérea y a los viajeros:
Los aeropuertos que más han resultado afectados por la situación son:
Otros aeropuertos afectados incluyen Boston, Filadelfia, Atlanta, Dallas, Los Ángeles, San Francisco y Miami.
El recorte del tráfico aéreo, según confirman las autoridades, busca “reducir la presión” sobre el fatigado sistema de control, cuyo colapso se advierte como inminente si no se resuelve pronto el conflicto presupuestario en el Congreso que mantiene al Gobierno paralizado. El caos no solo genera perjuicios económicos y frustración en los viajeros, sino que pone en el punto de mira la seguridad operativa del espacio aéreo más transitado del mundo.
Fuente: Noticias Argentinas