El bahiense Ángel Cappa recordó esta mañana en diálogo con Radio Altos a César, su amigo íntimo, y a Menotti, su maestro. Así definió como amigo y maestro a César Luis Menotti, a pocas horas de conocerse su fallecimiento a los 85 años.
“Por un lado siento una tristeza tremenda, una angustia y un vacío enorme, y eso será para siempre. Y, por otro, trato de consolarme de que Menotti no murió ni morirá nunca, por el legado que nos dejó”, enfatizó.
Subrayó que el técnico campeón del mundo con la Selección Argentina en 1978 fue la persona que rescató la identidad futbolística argentina, el amor por la pelota, por el buen juego y por la emoción hacia el fútbol. “Le daba valor a la emoción y a la pelota. No soportaba el maltrato o el desprecio a la pelota”, expresó.
Y recordó que “el Flaco” decía que el fútbol no podía reducirse al resultado, que lo importante era la búsqueda.
En particular, el escritor y exentrenador quien comenzó a trabajar con Menotti a principios de la década del 80 hizo hincapié en el rescate y en la jerarquización del fútbol del interior del país que impulsó Menotti. “Esos son legados eternos. Menotti permanecerá siempre”, insistió.
Y se refirió a César, su amigo: “Era una persona muy cálida, tenía una modestia enorme, siempre estaba ayudando a sus amigos”.
Al ser consultado respecto a qué fue lo que más lo marcó desde el punto de vista futbolístico, señaló la enorme capacidad que tenía “el Flaco” para analizar a un jugador o un equipo y la defensa irrenunciable del buen juego.
“Jerarquizó a nuestro fútbol y al del interior, jugó con la Selección en todo el país y a partir de él se empezaron a hacer contratos por cuatro años a los entrenadores”, enumeró, por último.