El economista Gonzalo Semilla advirtió que “hay manejos muy desmedidos y mucha especulación” en torno a la fijación de precios.
Luego de que el INDEC informara esta semana que la inflación de febrero se ubicó en 6,6%, se suman más voces y análisis que plantean que la suba de precios en todo 2023 superará el 100%. El gobierno de Alberto Fernández mantiene su proyección de 60%.
“La inflación bien no está porque en el último trimestre del año pasado habíamos empezado a encontrar una desaceleración, pero en este bimestre hubo índices mensuales por encima del 6%. Son números muy altos y aparece ese famoso número de las tres cifras interanual”, expresó el economista Gonzalo Semilla.
La medición interanual en febrero alcanzó el 102,5%; no se registraba una cifra de esa magnitud desde 1991. “El gobierno sigue manteniendo el 60% de inflación anual y el mercado prevé un 40%”, remarcó.
Analizó que la sequía, la guerra en Ucrania, los problemas financieros que se presentan a nivel mundial, la crisis con los bancos, son también aspectos que impactan en los bonos argentinos y en el riesgo país, y también en la inflación.
En cuanto a los precios y a las causas de los aumentos, sostuvo que se deberían conocer los costos de cada uno de los eslabones de la cadena de producción para poder determinar qué tracciona a la inflación.
“No tenemos dólares para crecer y para hacer frente a los compromisos. Hay restricciones en las importaciones y eso genera que haya menos insumos, menos producción, menos oferta y que los costos de producción sean más caros. Y además, cualquier inconveniente económico, político o financiero en el mundo afecta porque Argentina es muy vulnerable”, resumió. El economista del CREEBBA sumó que el 2023 es un año electoral, que hay peleas internas en los partidos políticos y eso se traduce “en demasiado ruido”.
En particular, sobre los precios de los alimentos, aseveró que algunos estudios plantean que los productos en góndola están multiplicados en promedio por cuatro respecto de lo que se le paga al productor.
“La apetencia del sector empresarial juega un papel importante y los consumidores terminamos pagando los platos rotos, asumiendo los precios desmedidos”, subrayó.
Y agregó que cualquier productor y empresario justificará los aumentos en los precios con la intención de obtener rentabilidad, pero cuestionó que detrás de ese objetivo “hay manejos muy desmedidos, mucha especulación y siempre aparece un factor común que es que cualquier argumento es motivo para aumentar más de lo que se debiera”.