El médico Nicolás Di Biase remarcó que el cultivo legal de cannabis para uso medicinal es un derecho adquirido tras varios años de lucha.
La semana pasada la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich anunció que serán dados de baja alrededor de 300.000 permisos del Reprocann, el programa de cannabis medicinal. Esa medida generó mucha preocupación entre quienes hoy cultivan y fabrican el aceite en sus viviendas y que sin la habilitación volverán a la ilegalidad.
“Llegar a que hoy las personas puedan cultivar en su casa legalmente fue una lucha de muchos años que costó gente presa, gente que estuvo en la clandestinidad cultivando para sus abuelos o para sus hijos. Cuando en 2021, en medio de la pandemia, salió este registro generó mucha felicidad y le permitió salir de la clandestinidad y de la ilegalidad a mucha gente que cultiva para uso medicinal”, enfatizó esta mañana en diálogo con Radio Altos el Dr. Nicolás Di Biase, quien realiza asesoría médica y académica en Cannabis Medicinal.
Tildó el anuncio de Bullrich de retroceso total y refutó el argumento del gobierno nacional de que personas que son parte el Reprocann usan el cannabis para narcomenudeo. Si bien no descartó que se puedan presentar ese tipo de casos (y pidió caerles con todo el peso de la ley), se mostró en contra de “meter en la misma bolsa” a todas las personas que hoy tienen su certificado aprobado y que cultivan cannabis y fabrican el aceite en sus viviendas en absoluta tranquilidad.
“Es un retroceso total porque fue una conquista de un derecho muy importante: el derecho a poder cultivar el cannabis en el domicilio”, insistió.
Además, criticó que se vuelva a plantear que el cannabis es una droga de peligro asociada a la criminalidad, cuando ya están demostrados sus beneficios terapéuticos.
Contó que tras conocerse el anuncio de Bullrich, muchas personas asustadas se comunicaron con él para saber qué ocurriría con sus permisos y expuso que este tipo de medidas impactan también en la salud mental de las personas que temen volver a cultivar y fabricar en la ilegalidad: “Se juega con el miedo y con la posibilidad de pérdida de un derecho adquirido muy justo y con una lucha de muchos años de familias, de cultivadores, de médicos”.
Por último, reiteró que el problema no es el cannabis, aunque a lo largo de la historia se ha utilizado como chivo expiatorio en la supuesta guerra contra las drogas y el narcotráfico. Y agregó que el cannabis ni siquiera implica un problema para la salud pública como sí lo es, por ejemplo, el tabaco, el alcohol y las drogas de diseño, como la cocaína.