El gobierno de Milei dispuso que pase a ser una secretaría. “Implica reducción de presupuesto y autonomía”, advirtió Laura Faineraij, desde la Biblioteca Rivadavia.
Hay mucha preocupación entre las alrededor de 1.500 bibliotecas populares del país por lo cambios que introdujo el gobierno de Javier Milei en el ámbito de la cultura a través del decreto 345/2025 publicado la semana pasada en el Boletín Oficial.
Entre las medidas se encuentra la transformación de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) en una dirección general, pasando de ser un organismo desconcentrado a uno centralizado, dependiente de la secretaría de Cultura.
Laura Faineraij, directora de la Biblioteca Rivadavia, contó que ayer se reunieron autoridades de todas las bibliotecas de Bahía Blanca y del Instituto Cultural y expusieron la inquietud por el futuro de las instituciones, particularmente, en materia de financiación.
Recordó que la Conabip es una entidad que se fundó en el año 1870 a instancias de Domingo Faustino Sarmiento, quien tras un viaje a Estados Unidos y observar cómo se organizaban allá las bibliotecas, decidió replicar el sistema en Argentina.
“La Conabip tiene 175 años de existencia y es la entidad que nuclea a todas las bibliotecas populares. Es una de las entidades que funciona eficientemente en el ámbito de la cultura”, destacó.
Indicó que colabora con las bibliotecas populares a través de financiamiento, con apoyo a proyectos, con ayudas económicas, con colaboraciones para que en la Feria del Libro las bibliotecas puedan adquirir más ejemplares y destinando fondos cuando se presentan problemas en infraestructura, entre otras funciones.
Que la Conabip deje de ser una comisión nacional para convertirse en una secretaría implicará, sostuvo, que cuente con menos presupuesto y menos autonomía.
“En el caso de la Biblioteca Rivadavia siempre hemos contado con el apoyo de la Conabip para hacer, por ejemplo, arreglos en el edificio y lo que estimo es que ahora eso, no sé si se va a cortar, pero sí se va a reducir en gran medida”, advirtió.
No dudó en plantear que el decreto 345/2025 vulnera el acceso a la cultura.
En cuanto a la situación particular de la Biblioteca Rivadavia, expresó que siempre es complicada, pero de todos modos, siguen adelante, sumando propuestas para las y los bahienses: “Con todas las intenciones y todas las ganas para seguir avanzando”.
Remarcó que la institución necesita de sus socios y de que las y los bahienses concurran a ella y participen de las actividades.