Fue una genia en matemáticas que fue mantenida en la oscuridad por más de un siglo y fue quién sentó las bases para lo que ahora conocemos como programación.
Desde 2009, cada segundo martes de octubre las mujeres que trabajamos, nos dedicamos, investigamos o somos curiosas de las ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas, cumplimos con la misión de recordar el legado que Ada Lovelace nos dejó en herencia.
Esta fecha, nombrada en su honor, nos da la oportunidad de celebrar a una visionaria del siglo XIX, olvidada durante décadas, y de reconocer a todas las mujeres que marcaron un hito en el mundo de la tecnología, ciencia y los datos. Ada Lovelace, una genia en matemáticas que fue mantenida en la oscuridad por más de un siglo, sentó las bases para lo que ahora conocemos como programación y su influencia se siente hasta el día de hoy en cada línea de código escrita.
Su ejemplo es un faro que guía a todas las mujeres que continúan haciendo historia en este apasionante campo tras transitar un camino que no fue, ni es sencillo. Durante mucho tiempo, las contribuciones de mujeres en el ámbito tecnológico fueron relegadas, en gran parte, debido a la falta de reconocimiento y visibilidad, ocultadas en firmas de varones para poder publicar. Sin embargo, hoy en día, estamos presenciando un cambio fundamental en esta narrativa.
Las mujeres en la programación estamos emergiendo con fuerza, destacándonos en roles claves y dejando una marca indeleble en la industria de la tecnología y los datos. Es alentador ver cómo se están formando comunidades, se están brindando oportunidades y se están reconociendo logros a las mujeres en un campo que históricamente nos relegaron y fue y sigue siendo aún representado por varones.
La lucha por la inclusión de las mujeres no es sólo un acto de justicia y equidad, sino también una estrategia inteligente. La diversidad en la programación no solo enriquece la perspectiva y la creatividad en la resolución de problemas, sino que también impulsa la innovación y creatividad. Está demostrado que los equipos diversos generan soluciones innovadoras y superan desafíos complejos.
A pesar de cualquier avance logrado, es esencial que sigamos trabajando en equipo para derribar barreras aún existentes y crear un entorno donde todas las voces, sin importar el género o raza (interseccionalidad) como en el caso de Katherine Johnson, sean escuchadas y valoradas.
A medida que celebramos el Día Internacional de Ada Lovelace, recordamos que su innegable legado trasciende el tiempo y nos impulsa a seguir adelante en esta búsqueda de equidad y reconocimiento en el mundo de la tecnología. Cada mujer que se aventura en este campo está construyendo sobre los cimientos que esta entusiasta matemática británica estableció hace más de cien años, y juntas, gracias a ella y muchas más, también silenciadas, hoy mujeres de todas las edades participamos en la construcción, desarrollo e implementación de tecnología.
Hoy sabemos que estamos honrando a las mujeres pioneras que nos precedieron y allanando el camino para las generaciones futuras. Las mujeres estamos escribiendo una nueva historia, una en la que no sólo somos bienvenidas, sino también celebradas por nuestra invaluable contribución al mundo moderno.
Las invito a que, como esas mujeres, rompamos paradigmas y busquemos nuestros deseos porque, como dijo Simone de Beauvoir: “Que nada nos defina, que nada nos sujete, que la libertad sea nuestra propia sustancia”.
Fuente: Ámbito