“No tener padre es complicado, que te lo roben de esa manera, vivir durante años con esa intriga de no saber qué pasó. Viví durante mi infancia y adolescencia con la esperanza de volver a encontrarlo, de que pudiera estar algún día en la calle”.
Lo manifestó esta mañana en Radio Altos Sergio Bacasun, hijo de Miguel Santiago Bacasun quien fue secuestrado y desaparecido por el Ejército en 1976.
Sergio y su hermana Patricia declararon en el marco del juicio de la denominada Megacausa Zona 5 en la que se juzgan delitos de lesa humanidad cometidos en Bahía Blanca durante la última dictadura cívico militar. Relató que a su padre lo secuestraron el 27 de junio de 1976 en el edificio de España 88. Además le robaron todo lo que tenía en su local de fotocopias ubicado en Güemes al 200.
Sergio tenía 7 años y su hermana 14 cuando su papá fue secuestrado y recién 11 años después comenzó a conocer parte de lo ocurrido. Dijo que fue el destino y que de manera casual supo que su padre había estado en La Escuelita y luego detenido en la Base.
“Cuando tenía 18 años una novia me envió un telegrama que no lo recibí entonces tuve que ir al correo a retirarlo. Un señor que atendía en el correo me preguntó si era el hijo de Miguel y en ese momento me contó que mi papá había estado en La Escuelita”, indicó.
Investigó y logró establecer que su papá en septiembre de 1976 fue trasladado desde el centro clandestino de detención de Bahía Blanca hasta la Base. “Y de la Base no salió nadie. O los tiraban dormidos de los aviones o les ponían cemento y los tiraban al mar. Sospecho que le pasó algo de eso a mi papá, fehacientemente lo sé”, planteó.
Contó que su padre estuvo detenido junto al exconcejal y exdiputado provincial Roberto Staheli, quien aclaró, nunca les brindó información sobre lo sucedido. “Por este hombre del correo supe que cuando se lo llevaron a mi padre tenía una campera y se la dejó a Staheli: le dijo “quedate con la campera que sos joven”.
Sergio admitió que el secuestro y desaparición de su padre lo marcó “de por vida” y que fue uno de los motivos por los que no quiso tener hijos. “Con lo que sufrí yo no puedo hacer que alguien pudiera sufrir lo mismo”, afirmó.
Y completó: “No tener padre para mí es algo muy duro, fue algo muy doloroso, me tuvo a los tumbos en esta vida. No tener una guía fue complicado. Mi padre fue una excelente persona, muy solidaria, muy pensante; me hubiera gustado imitarlo, hubiera estado bueno tenerlo de guía”.
Además, sumó como agravante que todo ese difícil proceso de criarse sin su papá le tocó vivirlo en Bahía Blanca, “una ciudad que es bastante simpatizante de los militares”. “Escucho decir que vuelvan los militares, se nota que no perdieron a nadie, o que salieron beneficiados”, aseveró y criticó que de la fotocopiadora y de la casa de su padre luego del secuestro “se llevaron todo, hasta el inodoro”.