“Es ofensivo en el marco de una sociedad que está crujiendo por donde la mires que el presidente esté fiesta”, criticó.
El economista y analista político Martín Hourest opinó que el show musical que protagonizó el presidente Javier Milei fue una puesta en escena de un gobierno que está agonizando en términos programáticos.
Agregó que la gestión libertaria “no tiene más nada para ofrecer” y está esperando que le habiliten algún tipo de relanzamiento, no para poner en marcha un programa distinto, sino para introducir las correcciones que le permitan terminar el mandato.
“No estamos en una etapa fundacional, ni siquiera buscando una mayoría parlamentaria propia. Lo que está haciendo el gobierno es tratar de retener una parte importante de su núcleo duro de votantes y a partir de ahí establecer un acuerdo de gobernabilidad con toda la centroderecha argentina para, bajo el amparo de la posición de Estados Unidos y de grupos locales, llevar adelante lo que le queda del programa de reformas original, que no es poco, que no es menos peligroso, pero que puede ser hecho de manera menos bestial y seguramente con algún mayor nivel de consistencia”, analizó en diálogo con Radio Altos.
Aseveró que el plan económico libertario fracasó rotundamente y por eso ahora Milei salió a pedirle ayuda al gobierno de Donald Trump: “Es para taponar lo que no hicieron hasta ahora como es recomponer los niveles de reservas, mantener una situación del sector externo bajo control y no jugar a mantener contentos los especuladores de divisas”.
Y sumó la necesidad de buscar acuerdos para garantizar la gobernabilidad y por eso volvió a reunirse con Mauricio Macri y estimó que llamará a exgobernadores o a gobernadores de los denominados dialoguistas que le sirvan de apoyo. “Tendremos un programa de derecha donde cualquier salida de esta situación, con devaluación, con modificación de precios relativos, presupone congelar la situación social de la Argentina de hoy”, remarcó.
Y alertó que desde hace 30 años Argentina cada vez que sale de una crisis nunca recupera socialmente lo que perdió en ese período de crisis, es decir, “la gente siempre queda un escalón más abajo, por eso es que la sociedad argentina está peor”.
Volviendo al show de ayer en el Movistar Arena sostuvo que fue un rito de mantenimiento de la lógica, que en algún momento fue disruptiva, nunca graciosa, y ahora se ha convertido en una rutina avejentada y berreta donde se repite el gesto fuera de contenido y de lugar. “Y donde además es casi ofensivo en el marco de una sociedad que está crujiendo por donde se la mire y tiene que ver al presidente de fiesta”, criticó.
“La Argentina reaccionó bien y fuerte cuando en el marco del sufrimiento colectivo lo vio a Alberto Fernández brindando en Olivos (en plena pandemia de coronavirus). Y fue realmente un escándalo merecido porque era un disparate. Ahora, en el marco de esta crisis social, cercana a un estallido cambiario, con una crisis de la hostia en términos de la incapacidad de la gente de llegar a fin de mes, ver a una banda de energúmenos gritando arriba de un escenario y tirando fuegos artificiales, si no es el brindis de Olivos, me parece que esto lo supera ampliamente”, concluyó.