Armand Duplantis se consolida centímetro a centímetro como uno de los mejores atletas de la historia. Este lunes, en el Mundial de atletismo de Tokio, el sueco quebró por 14° oportunidad su propio récord mundial de salto con garrocha al elevar la varilla a los 6,30 metros, un centímetro más que hace un mes, cuando lo había logrado en el evento Gyulai István Memorial, en el marco de la World Athletics Continental Tour Gold, en Budapest.
Fue un momento de mucha expectativa el que se vivió en el estadio Olímpico de Tokio. Duplantis ya había logrado coronarse por tercera vez en su carrera campeón del mundo, pero todos querían más. Su familia en la tribuna, los fanáticos en las butacas y hasta sus propios rivales, que lo empujaban y ayudaban a recuperar el físico, después de dos intentos fallidos.
Su superioridad había sido tan apabullante en la ronda de clasificación, quizá excesivamente larga al ser muchos los participantes, que se lo vio con la mirada perdida, en un claro síntoma de aburrimiento. Recién en la final se “conectó”.
Le gusta sentirse observado y eso es lo que ocurrió exactamente en Tokio, un estadio que conocía bien de 2021, cuando ganó la medalla dorada de los Juegos Olímpicos, aunque en ese momento la pandemia de la COVID-19 impidió que hubiera público presente.
El prodigio sueco pudo redimirse en esta ocasión y logró la victoria con una marca de 6,30 metros y sin encontrar oposición en sus rivales, resignados siempre a pelear por el segundo puesto.
El medallista de plata fue el griego Emmanouil Karalis con 6,00 metros y el bronce lo ganó el australiano Kurtis Marschall con 5,95.
Con ambos celebró Duplantis la victoria de forma enloquecida, sonriendo por el estadio, envuelto en la bandera sueca y saltando sin parar celebrando la gesta.
La felicitación más efusiva se la llevó su pareja, Desire Inglander, con la que comparte su vida desde el verano de 2020 y a la que fue a buscar en la grada saltando la valla para darle un beso y abrazarla en el mismo sitio donde estaban sus padres, los ‘culpables’ del fanatismo por la garrocha de su hijo.
Su madre, Helena, que lo ayuda en la preparación física, fue una jugadora de voleibol sueca, y su padre Greg, fue un garrochista estadounidense que ahora es su entrenador.
Duplantis empezó a saltar con solo tres años y, en su juventud, en los diversos campeonatos universitarios en los que fue participando cuando vivía en Luisiana (Estados Unidos), ya se destacaba, algo que le abrió muy pronto las puertas del profesionalismo.
El sueco fue quemando etapas hasta que en 2018 llegó su irrupción en el panorama internacional por la puerta grande con una medalla dorada en los Europeos de Berlín y en la prueba de la Liga Diamante de Estocolmo. Desde entonces acumula un recorrido impresionante que se resume en dos oros olímpicos, tres mundiales al aire libre y tres en pista cubierta, tres europeos al aire libre y uno bajo techo y 41 victorias en pruebas de la Liga Diamante, competición en la que ha conquistado cinco veces el propio ‘diamante’.
La medalla dorada de Duplantis, como para todos los campeones del mundo en Tokio, conlleva un reconocimiento económico por parte de World Athletics de 70.000 dólares y otros 100.000 por el récord del mundo.
Además, desde el 8 de febrero de 2020 en Torún (6,17 metros) hasta este 15 de septiembre en Tokio, el sueco encadena catorce récords mundiales. Según calculó la revista Forbes, teniendo en cuenta que nadie pudo superar la marca de Mondo desde el 8 de febrero de 2020, el sueco ya acumuló 1.3 millones de dólares provenientes de los bonos por superar su marca anterior un centímetro a la vez. Pero también es astuto respecto a cuándo decide intentar romper otro récord, ya que la World Athletics tiene permitido entregar un solo bono por competencia.
Si ‘Mondo’ supera su marca anterior dos veces en la misma jornada, recibe un solo bono, pero si salta un centímetro más en una, y otro más en la siguiente competencia, recibe dos estímulos económicos.
También acumula recompensas por parte de las marcas que lo sponsorean, como Puma, que ante el penúltimo salto de Duplantis, hace un mes en Budapest, comentó debajo de un posteo con humor: “Por favor, danos un descanso”.
Duplantis cada vez se desmarca más del legendario garrochista ruso Sergey Bubka, que entre 1987 y 1997 ganó un oro olímpico, seis mundiales al aire libre y tres en pista cubierta y un europeo al aire libre y otro bajo techo.
Fuente: diario Clarín