El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) publicó este viernes en el Boletín Oficial la Resolución 711/2025, mediante la cual se modifica el esquema nacional de vacunación contra la fiebre aftosa, vigente desde hace más de 20 años.
El cambio más relevante se aplicará a partir de la segunda campaña de 2026, cuando dejarán de vacunarse novillos, novillitos y vaquillonas. A partir de entonces, la inmunización quedará centrada en las categorías menores (terneros y terneras), consideradas clave para sostener la protección sanitaria.
La decisión había sido adelantada este jueves por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien destacó que la modificación reducirá los costos de la ganadería en alrededor de 25 millones de dólares anuales, al tiempo que “se mantiene intacta la seguridad sanitaria del rodeo y la capacidad exportadora del país”.
Según explica la resolución, desde 2006 no se registran casos de fiebre aftosa en el país y los muestreos realizados por SENASA no muestran circulación viral, lo que permite avanzar en una flexibilización controlada. Argentina conserva el estatus internacional de “País Libre de Fiebre Aftosa con vacunación”, condición indispensable para acceder a los principales mercados de exportación de carne.
Además, se recuerda que las vacunas oleosas utilizadas en la actualidad tienen una eficacia comprobada que garantiza un año de inmunidad en animales revacunados, lo que habilita a espaciar y focalizar la aplicación sin poner en riesgo la cobertura sanitaria.
Cambios operativos
La resolución también establece nuevas pautas para las campañas de vacunación:
Ahorro para los productores
Según explicó este jueves el ministro de Economía, Luis Caputo, que como a partir de la segunda campaña de vacunación de 2026 dejarán de inocularse vaquillonas, novillos y novillitos, categorías que ya cuentan con la inmunidad suficiente, este cambio significará un ahorro cercano a 14 millones de dosis y alrededor de 22 millones de dólares.
En paralelo, los establecimientos de engorde a corral (feedlots) quedarán exceptuados de participar en la primera campaña anual, lo que reducirá en casi 2 millones las dosis aplicadas y permitirá una baja de costos estimada en 3 millones de dólares adicionales.
En total, el nuevo esquema representa una reducción de 16 millones de dosis de la vacuna antiaftosa y un ahorro global de 25 millones de dólares para los productores. “Se trata de un avance que mantiene intactas las condiciones sanitarias y comerciales de la Argentina, al mismo tiempo que mejora la competitividad del sector”, resaltó Caputo en su mensaje.
Fuente: diario Clarín