Irrespetuosos

No son dos palabras. No es solo una frase. Es un concepto. Esas dos palabras unidas y que constituyen esa frase, son la definición de una época de nuestra historia contemporánea.

No necesita ser explicada. Es la síntesis de un pacto democrático. Es el resultado de un consenso colectivo.

Pertenece a la mayoría de la sociedad argentina. Esa frase no tiene dueño. Nos pertenece.

Corporiza el sentimiento de un país que no quiere volver a la noche oscura y fría. Son dos palabras unidas que le ponen un límite ético, institucional, moral a los fantasmas del pasado que, visto está, todavía caminan entre nosotros.

No puede ni debe ser tolerado que el “Nunca Más” sea banalizado, pisoteado, como lo demuestra la foto de campaña encabezada por Milei y sus candidatos para la próxima elección.

Ese “Nunca Más” significa decirle basta a la tortura. Al exilio obligado por pensar diferente. A la trágica e inadmisible figura del desaparecido que caracterizó aquellos años y que sigue marcando la vida de miles de argentinos…

Significa también haber puesto a la vista de todo aquel que quisiera mirar la realidad, las violaciones, el robo de los bebés, los nietos que aún siguen sin conocer su verdadera historia familiar, los vuelos de la muerte…

Es mucho en cantidad y calidad el daño causado al tejido social de nuestra República como para tolerar que ese concepto sea utilizado, cuanto menos, irrespetuosamente por todos estos personajes.

No tienen derecho. No se trata de un slogan de campaña.

No es la invención de un talentoso de la publicidad política. Es la expresión genuina de ese sentimiento colectivo transformado por la mezcla del dolor infinito y la esperanza futura, en un pacto democrático no escrito pero que se hizo carne en los “argentinos de bien” (me permito utilizar, desde otro sentido (claro), esas palabras que repite el presidente).

Han sobrepasado un límite en su afán de interpretar la libertad como se les ocurre en una mezcla de prepotencia e ignorancia.

Y lo que es peor, avalados por dirigentes que, en algunos casos, vienen de partidos y movimientos políticos que saben lo que representan esas palabras.

No encuentro otra. Son, cuanto menos, irrespetuosos de nuestra historia reciente.

No sea cosa que esa foto de ayer se transforme en el cajón incendiado por Herminio…!