La emblemática institución parisina suspendió sus actividades tras una protesta del personal, lo que generó confusión y largas filas frente a la pirámide de cristal.
Miles de turistas, con la esperanza de admirar la Mona Lisa y los tesoros de la civilización, se encontraron el lunes 16 de junio de 2025 con las puertas cerradas del Louvre.
El museo más visitado del mundo suspendió sus actividades de manera imprevista debido a una huelga espontánea del personal, que denunció la sobrecarga provocada por el turismo masivo y condiciones laborales que califican de “insostenibles”.
Según medios locales, la escena fue inusual: largas filas de visitantes desconcertados, con boletos en mano, aguardaban bajo la pirámide de cristal sin información clara.
El cierre del Louvre, espacio que resistió guerras, atentados y pandemias, tomó por sorpresa tanto a los visitantes como a la ciudad de París. La huelga se inició durante una reunión interna rutinaria, cuando galeristas, agentes de boletos y personal de seguridad decidieron abandonar sus puestos en protesta por la afluencia incontrolable de público, la falta crónica de personal y las condiciones de trabajo.
La magnitud del cierre se reflejó en las imágenes de miles de turistas, muchos de ellos llegados desde otros continentes, esperando en vano frente a las puertas del museo. La falta de comunicación oficial inmediata agudizó la confusión y frustración entre los visitantes.
Por otro lado, el detonante de la huelga, según los trabajadores, fue la presión constante de gestionar multitudes que exceden la capacidad del edificio y del personal.
El museo recibió 8,7 millones de visitantes en 2024, más del doble de su capacidad operativa. Aunque se estableció un límite diario de 30.000 personas, los empleados afirman que el recorrido se volvió una experiencia agotadora: escasos espacios de descanso, baños insuficientes y altas temperaturas bajo la pirámide de cristal.
En un documento interno, la presidente del museo, Laurence des Cars, alertó que partes del edificio “ya no son impermeables” y que las variaciones térmicas amenazan la conservación de obras invaluables. También indicó que los servicios básicos —alimentación, señalización, sanitarios— están por debajo de los estándares internacionales.
Fuente: Infobae