La organización sostiene que "la sociedad toda debe levantar la voz de una buena vez para poner freno a esta peligrosa avanzada autoritaria y antidemocrática"
La declaración de esa organización judía critica severamente los últimos acontecimientos relacionados con las actividades político-partidarias de La Libertad Avanza.
Por un lado, el lanzamiento de la “Fundación El Faro”, y por el otro la puesta en escena y los discursos pronunciados el sábado en San Miguel cuando se anunciaba la conformación de las llamadas “Fuerzas del Cielo”.
Su presidente, Marcelo Horestein, formuló declaraciones esta mañana en nuestro programa de radio y allí también habló “del larvado antisemitismo” del presidente Milei que solo tiene – dijo – “un acercamiento con la comunidad judía a través de un sector minoritario de los ultraortodoxos.
En el comienzo del reportaje, y a propósito del título del documento, el dirigente recordó que justamente “el faro se encendía cuando Mussolini estaba en el castillo, hay una simbología con todo aquello que no es casual”.
De tal manera hizo referencia a la cena de la semana pasada en la que se anunció la puesta en marcha de la fundación “El Faro” y en la que cada empresario que participó pagó unos 25 mil dólares.
“Ahí estuvieron los empresarios más poderosos e importantes de la Argentina y lo que nos llamó la atención es que también lo hicieron miembros de la colectividad judía como Eduardo Elsztain y Marcelo Mindlin”, agregó.
“La presencia de ellos, manda al resto de la comunidad y de la sociedad en general, un mensaje de odio , de racismo, y no hacen otra cosa que fortalecer el discurso que Milei viene sosteniendo desde los tiempos de la campaña”, dijo también.
Y añadió: “por eso digo que hay un larvado antisemitismo que no es nuevo dentro de la historia de los partidos políticos de la Argentina y que también se pone de manifiesto en agrupaciones que se encoluman detrás del campo y de los grandes empresarios”.
Fue en ese momento cuando enfatizó que el presidente MIlei solo tiene un acercamiento con la comunidad judía a través de un sector minoritario de los ultraortodoxos pero que no representan a la totalidad del pueblo de Israel. ” Y en ese sector está este empresario Elsztain. Cómo alguien, con la historia de persecuciones y muertes que tiene nuestro pueblo, puede acercarse a estos personajes que quieren instalar el fascismo en el mundo”, se preguntó.
No dudó a renglón seguido en sostener que “el atisemitismo hoy en todo el mundo se profundiza por la campaña de Netanyahu sobre el pueblo palestino”, a la que calificó de genocidio.
Horestein afirmó además que “el fascismo es el brazo armado del capitalismo, cuando el capitalismo no puede manejar todo, y entonces aparece la violencia como herramienta”.
“Claramente hoy no es el mismo fascismo del siglo pasado, no vamos a ver a miles de personas por las calles con botas negras, pero se pone de manifiesto, por ejemplo en la Argentina, con los insultos a través de las redes y las descalificaciones que bajan desde la figura del presidente. Estos discursos de odio se van haciendo carne y se repiten sin que sean analizados, sin pensarlo”.
El titular del “Llamamiento Argentino Judío” afirmó sobre el final del reportaje que “hay un parangón entre La Liga Patriótica del siglo pasado y estos muchachos que se presentaron el otro día hablando de la guardia pretoriana y del brazo armado para defender las ideas de Milei y su gobierno”.
Por último Horestein subrayó que “la sociedad debe alzar su voz de una buena vez para poner freno a esta violencia. Ya hemos padecido demasiada violencia en la Argentina”.
Este es el documento completo que se titula “El Faro que ilumina el fascismo” :
La semana pasada se realizó la cena de presentación y recaudación de la Fundación El Faro, institución destinada a proveer de cuadros y contenidos al partido de gobierno. La misma es presidida por Agustin Laje, un politólogo al que Milei considera la persona “más capaz que conoce” y que tiene en su haber frases como “el cerdo comunista de Maradona”, llama a las Madres de Plaza de Mayo “esas viejas hijas de puta”, y no duda junto con Nicolás Marquez de hacer una abierta reivindicación de lo actuado por la dictadura que asoló a la Argentina entre 1976 y 1983.
Existen, como lo hicieron las huestes de Biondini en el pasado, pero la novedad es que el lanzamiento fue apoyado no solo por el presidente y su gabinete sino por la gran mayoría de los empresarios del llamado “circulo rojo”, que pagaron la suma de 25.000 dólares por cubierto.
Entre ellos estaban José Luis Manzano, Claudio Belocopit, Martin Migoya de Globant, Mario Montoto quien fue integrante de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, e integrantes de los directorios de los laboratorios más importantes del país.
También llamó la atención la presencia de empresarios como Eduardo Eltztain y Marcelo Mindlin, de fuertes lazos con la comunidad judía argentina, apoyando el discurso racista, homofóbico, anti derechos de quienes no reconocen su larvado antisemitismo solo por la interesada relación de Milei con Israel y con un sector religioso y ultraconservador de la colectividad judía.
Pero no fueron estos los únicos hechos que deben llamarnos a la acción: también, durante la semana que pasó, los jóvenes libertarios presentaron lo que dieron en llamar “el brazo armado libertario”, en un acto de escenografía típicamente fascista, con carteles colgantes con palabras insignia de la derecha más reaccionaria como “Dios”, “Patria”, “Familia”, ”Propiedad”.
El maestro de ceremonias fue el influencer libertario y troll empleado del gobierno, el “Gordo Dan”, y el “ejercito”, dicen, será la guardia pretoriana a ser reclutada para actuar en las redes con el objetivo de defender “al líder Milei” y a la política del gobierno de LLA. La cuestión es ¿cómo se conjuga esta idea con la de “brazo armado” por ellos enunciada? ¿Serán grupos de choque…?
Sumemos: intentos de prohibición y censura de literatura en las escuelas, votos anti derechos en los organismos internacionales, represión de toda protesta social y estigmatización de sus dirigentes, grandes eslóganes digitales antihuelga al estilo “1984”, discursos de odio como movilizador político y acusaciones de “comunistas” a todo aquel que se oponga a las aberrantes ideas de esta nueva batalla cultural retrógrada.
Esta es una –trágica- historia que los judíos podemos encontrar en cualquier rincón de nuestros libros de historia. Entonces, si no son los dirigentes, que por miedo, comodidad, o alguna conveniencia, hacen un elocuente y estruendoso silencio, debe ser la colectividad toda -más allá de sus instancias dirigenciales e instituciones- (y la sociedad toda) la que alce su voz de una buena vez, para poner freno a esta peligrosa y para nada sutil avanzada autoritaria y antidemocrática.