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Locales - 12:20
Locales - 08 de noviembre 2024, 12:20

“La verdad los hará libres”: el rol de la Iglesia Católica en Argentina entre 1966 y 1983

Uno de los autores, Luis Liberti, admitió que les sorprendió la gran cantidad de documentos que resguardó la Iglesia y que fueron utilizados para escribir los tres libros.

Hoy en el Centro Histórico Cultural de Rondeau 29, a partir de las 19 y con la presencia de dos de sus autores, Luis Oscar Liberti y Fabricio Forcat, se presentará “La verdad los hará libres”.

Se trata de una obra que refleja y analiza el papel de la Iglesia Católica en la espiral de violencia de la Argentina entre 1966 y 1983.

Esta mañana en diálogo con Radio Altos, Liberti, sacerdote, investigador, doctor en Teología y docente en la Facultad de Teología de la UCA, contó que se trata de un trabajo voluminoso que realizaron 44 personas y que es una respuesta a un pedido de la propia Conferencia Episcopal Argentina. “Obispos hace un par de años hicieron un pedido para que se revisaran los archivos de la Iglesia Católica respecto del período del terrorismo de Estado entre 1976- 1983. Y nosotros lo ampliamos a partir del 66”, señaló.

Resumió que es un trabajo de análisis de los archivos de la Iglesia en los que quedaron registrados acciones, omisiones, gestiones, actitudes, y documentos de quienes integraron en ese momento de la historia argentina esa institución religiosa.

Los primeros dos tomos de la obra fueron dedicados a historia y el tercero a interpretaciones.

Al ser consultado respecto a qué llamó su atención a lo largo de la tarea investigativa, dijo que le sorprendió que la Iglesia haya resguardado muchísimos documentos.

“La verdad es que no pensábamos que eran tantos miles y miles de documentos. La Iglesia tiene una larguísima y antiquísima tradición de guardar documentos y materia de historia. Y fiel a ese estilo de la Iglesia ha quedado muchísimo material registrado. Hemos encontrado cosas que hasta el día de esta publicación no se habían dado a luz porque son archivos que todavía no son históricos, no están clasificados”, admitió.

En particular, sobre el tomo 3 en el que se incorporan distintas ópticas e interpretaciones, indicó que responden a cuestiones filosóficas, del derecho, de la sociología, de la moral y la biología. “Es una gama muy grande de interpretaciones. Hay distintas perspectivas, algunas coincidentes y otras disidentes. Las interpretaciones de la historia son respetuosas, desde los posicionamientos metodológicos de las ciencias y son diversas”, insistió.

También destacó que incorporaron testigos, por ejemplo, personas que estuvieron presas y familiares de víctimas del terrorismo de Estado.

Respecto a qué significó personalmente el trabajo de investigación sobre el rol de la Iglesia en una de las etapa más oscuras del país, expresó que le permitió reconocer partes débiles y oscuras de la institución, al igual que “algunas cosas más claras”.

“Es reconocer la variedad que la misma Iglesia me ha manifestado a lo largo de los años que tengo en ella desde mi bautismo. Es reconocer que la Iglesia es pobre y a la vez es rica, pecadora y santa. Es hacerse cargo también de esta historia de la misma Iglesia”, enfatizó.

Y agregó: “Es un sentimiento bastante elástico de reconocer una Iglesia con debilidades, pobrezas y valores como cualquier otra institución”.

Luis Liberti

Liberti no dudó en aseverar que “la herida sigue sangrando”, que es necesario un diálogo que incluya a toda la sociedad: “Hasta que no tengamos una actitud mucho más de diálogo de todo lo que nos pasó e hicimos, no pensando en otros, sino en que todos hemos sido de una u otra parte, no solo espectadores, para mí va a ser muy difícil que logremos reconciliarnos y no hablo de reconciliar sin justicia”.

Por último, sobre los fuertes cuestionamientos al rol que tuvo la Iglesia durante la última dictadura cívico militar y en los años previos al Golpe de Estado, planteó que hubo distintas situaciones y actitudes.

“Hubo un grupo pequeño de obispos, pero con autoridad, prestigio, importancia, que fue más cercano a amparar al gobierno, a la dictadura”, remarcó.

Un segundo grupo más amplio, precisó, que actuó con mucha más libertad, y en el medio hubo “muchísimos obispos que para nosotros fue también un descubrimiento” que acompañaron, por ejemplo, a familiares de víctimas o a presos. “Hay una zona muy grande de obispos que no estuvieron a favor, tampoco tuvieron una actitud tan contestataria, pero sí hicieron muchas cosas”, manifestó.

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