El politólogo Leandro Ocón sostuvo que Milei se alinea al flamante mandatario norteamericano “en términos sociopolíticos”, pero no en la visión económica.
El Doctor en Ciencia Política y especialista en Defensa, Seguridad y Economía Política, Leandro Ocón, analizó el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y su impacto en Argentina.
En primer término se refirió a las causas de que una figura como el republicano haya sido elegido por segunda vez para presidir a uno de los principales países del mundo. “El mundo está cambiando y el fenómeno que va a atravesar ese cambio es esta nueva forma de entender y de hacer política que implica en muchos casos una mirada nostálgica del pasado”, planteó.
Agregó que ante fracasos en diversos países, entre ellos Argentina, con crisis internacionales en materia energética, conflictos armados, movimientos migratorios producto de las guerras y malas inserciones de esas personas desplazadas en las sociedades, se generó “una reacción”.
Sobre la llegada a la Casa Blanca de Trump, sostuvo que la primera reflexión es que el mundo “se está volviendo menos armónico”. “Trump dice ´primero América´, que hay que volver al empleo norteamericano, a que las fábricas estén Estados Unidos y plantea una visión del mundo muy parecida a la de los 50”, enumeró.
Argentina, ante ese panorama, busca insertarse a visión con una alineación total a Estados Unidos. Eso, enfatizó, no significa que la mirada política- económica del presidente argentino sea la misma que la de Trump: “Estar alineados geopolíticamente con Estados Unidos, no significa que Argentina hará mismo que Estados Unidos puertas adentro”.
“El desafío de toda política internacional es, sobre todo para los países en vía de desarrollo como el nuestro, saber navegar el hecho de que no somos los más poderosos, tratar de sacar beneficio del movimiento de los grandes países y alinearse geopolíticamente con el fin de tener determinados beneficios en esos movimientos económicos”, señaló.
Allí radica, opinó, la trampa del país de desarrollo medio o bajo y la pregunta que se desprende es, ¿qué capacidad de maniobra tienen esos países mientras “los grandes” discuten?.
Expuso que todos estos cambios a nivel internacional con el ascenso de las derechas comenzó antes de la pandemia, asociados a un problema internacional como fue y es la crisis energética y la dicotomía que hay entre las políticas climáticas y la necesidad del consumo de energía.
“Culturalmente el problema principal de esta sociedad en cambio es que estas nuevas derechas vienen a cambiar e incluso a destruir determinadas instituciones que hoy no están sirviendo para el crecimiento y para el beneficio de las naciones y de las sociedades”, aseveró.
Sobre la alineación del gobierno de Milei con EE.UU, remarcó que se puede dar una alianza con el país cuyo flamante presidente tiene un discurso socialmente conservador, pero económicamente proteccionista y pro desarrollo tecnológico y pro desarrollo interno.
“En Argentina se da la situación de un conservadurismo social, pero mucha apertura económica, ahí es donde yo particularmente veo una notable diferencia en cómo se constituyen estos movimientos políticos. Donald Trump, y dicho por el mismísimo Milei, no es un liberal libertario”, recalcó.
Y completó: “Ahora se da la situación de que en términos sociopolíticos o culturalmente políticos se produce esa alianza, no en la visión económica”.