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Locales - 03/10/24
Locales - 03 de octubre 2024, 09:50

Recorte al financiamiento de Abuelas: “Vamos a seguir con la búsqueda de desaparecidos”

Adriana Metz recalcó que seguirán reclamando ante organismos internacionales que el gobierno de Milei continúe con las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.

El pasado lunes el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona anunció que el gobierno rescindirá el contrato y dejará de enviar fondos a Abuelas de Plaza de Mayo.

“El gobierno anterior le regaló a las Abuelas de Plaza de Mayo el equivalente a hoy de $2.300 millones. Esta administración no va a permitir que se malgaste la plata de los argentinos. Por ese motivo, decidimos rescindir el contrato y terminar con ese curro”, escribió el funcionario nacional en su red social X.

Esta mañana en Radio Altos Adriana Metz, bahiense cuyos padres fueron secuestrados en 1976 y permanecen desaparecidos, y su hermano, al que sigue buscando, nació en cautiverio en el centro clandestino de detención y tortura La Escuelita, explicó que los fondos de los que habla el ministro Cúneo Libarona son parte del financiamiento al que se comprometió el Estado argentino tras haber adherido a convenios, pactos y tratados internacionales.

“El Estado se comprometió a tener una política de Memoria, Verdad y Justicia, es decir, ese dinero no fue regalado a ningún curro, sino que fue destinado a tratar de subsanar un poco lo que había cometido el Estado dentro del período del terrorismo”, aclaró.

Además, recalcó que Abuelas de Plaza de Mayo funcionó antes de esas políticas y de ese financiamiento y que lo hizo con fondos que fueron obteniendo a partir de su trabajo y de comunicar qué era lo que necesitaban y qué es lo que estaban haciendo. 

Tras la publicación de Cúneo Libarona subrayó que en Abuelas continúa trabajando como lo viene haciendo desde hace más de cuatro décadas y contó que relanzaron una campaña de donación de fondos en el marco de octubre, mes de la identidad. 

Quienes quieran aportar dinero y colaborar con la institución pueden ingresar a www.abuelas.org.ar/donaciones.

Continuamos con el trabajo que se viene haciendo desde siempre. Las búsquedas las continuamos con las campañas de financiamiento. Necesitamos seguir manteniendo una estructura de casi 100 personas que está trabajando en Abuelas”, expuso.

Además, adelantó que seguirán pidiendo ayuda a los organismos internacionales de derechos humanos para que interpelen al gobierno de Javier Milei para que no elimine las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, porque, aseveró, “no es algo para las Abuelas o las madres o los hijos, sino que es para la sociedad”.

En ese sentido, contó que en la oficina de Abuelas de Plaza de Mayo en Mar del Plata donde trabaja no solo recibe a personas que nacieron durante el período de la dictadura y que tienen dudas sobre su identidad, sino que también a personas que nacieron en democracia y que desconocen su origen biológico. “No es solamente una cuestión de la búsqueda de los nietos de las Abuelas, sino que es una acción social que estamos haciendo desde que empezamos”, insistió.

La historia de Adriana y la incansable búsqueda de sus padres y hermano

Adriana nació en Bahía Blanca en 1975 y tras el Golpe de Estado de 1976 su familia decidió mudarse a Cutral Co. En la ciudad neuquina su papá Raúl y su mamá Graciela fueron secuestrados y a ella (una beba de un año y medio) la dejaron con vecinos y les avisaron a sus abuelos que residían en Bahía Blanca.

“Me fueron a buscar a Cutral Co y en cuatro días llegaron y me recuperaron. Hicieron la denuncia en la comisaría del barrio donde vivíamos con mis viejos y ahí les dijeron que no sabían nada de ellos, pero les entregaron los documentos de mi papá y de mi mamá. A partir de ahí comenzó el peregrinaje de recorrer tribunales, juzgados, cárceles, hospitales”, relató.

Hasta los 14 años vivió en el barrio Noroeste, en Holdich al 1500. Su abuelo falleció en 1982 y ese año su familia supo que su mamá había dado a luz en La Escuelita. 

“Mi hermano nació el 17 de abril de 1977 y esa información tan concreta la tenemos gracias a una sobreviviente que pudo dar testimonio: Alicia Partnoy”, señaló.

Y continuó relatando: “En una carta que envió a mi familia Alicia contó que se cruzó con mi mamá en el baño de La Escuelita y que ella le dijo que estaba bien y que el bebé estaba bien, que había nacido bien. Mi mamá no entregó a su bebé, no tuvo posibilidades de decidir ni de permitir o no esa situación”. 

Su abuela murió en 1992 y Adriana dijo que el legado que le dejó fue continuar con la lucha de búsqueda de su hermano y de sus padres.

“Mis papás no sé dónde están, sé que no están vivos, pero hasta que no tenga un cuerpo, no puedo decir que están muertos. Por eso es que la figura del desaparecido es un elemento de tortura que se perpetúa en el tiempo, el delito se sigue cometiendo; mis viejos no están y es un delito que se sigue cometiendo. Y con mi hermano y con los otros 300 que no conocen su identidad, el delito se perpetúa. Por eso es tan importante que la búsqueda continúe más allá de los Milei o de los Villarruel (en referencia a la vicepresidenta) o de los Cúneo Libarona”, subrayó.

“Mi mamá no lo regaló, ni se lo olvidó, ni lo entregó, a mi mamá le arrebataron a su hijo y no le permitieron ni siquiera decir qué nombre tenía. En esa condición hay alrededor de 300 personas. Por eso la búsqueda continúa independientemente de quién sea el presidente y de qué acciones haga para tratar de callar a una institución que va a cumplir 47 años en octubre”, aseguró.

Respecto de la cantidad de nietos y nietas cuyos paraderos no se conocen, dijo que el número exacto no lo conocen y que sí lo tienen los genocidas. “Eso lo saben quienes se los robaron, los genocidas, los que están siendo juzgados hoy en Bahía Blanca, en Neuquén, en La Plata y donde se están llevando adelante juicios de lesa humanidad. Gracias a su pacto de silencio siguen sin aportar información, más allá de que piden todos los beneficios que les corresponden por ser personas presas en un país con democracia. Mis viejos no fueron presos, fueron secuestrados y no les permitieron ni siquiera poder despedirse de su familia. Estas personas que hoy están siendo juzgadas por delitos de lesa humanidad y quienes están presos ya con condena firme, todavía siguen sin decir dónde están los restos de los desaparecidos, dónde están los nietos, a quiénes se los entregaron. El número exacto lo tienen ellos y no lo quieren aportar”, criticó, por último.

Adriana Metz en Frente a Cano
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