El exdiputado Guillermo Carmona dijo que esa decisión del gobierno de Milei se contradice con lo prometido por la canciller Mondino.
Días atrás el diario Clarín publicó una nota en la que informó que el rabino Axel Wahnish, embajador argentino en Israel, se instaló en Jerusalén y no en Tel Aviv donde está la sede diplomática.
El presidente Javier Milei había anunciado que trasladaría la embajada a Jerusalén, pero luego la canciller Diana Mondino en una presentación ante senadores aclaró que Wahnish se instalaría en Tel Aviv.
El exdiputado y exfuncionario de la Cancillería, Guillermo Carmona, sostuvo que lo confirmado por la periodista Natasha Niebieskikwiat, por un lado, rompe con lo prometido por Mondino en el Senado y, por otro, viola una ley nacional que data del primer gobierno de Juan Domingo Perón que estableció a la Embajada Argentina en Israel en Tel Aviv.
“La nota de Clarín dice que el embajador de Wahnish ya está residiendo y realizando actividades en Jerusalén, con lo cual, no solamente se trata de una cuestión de decisión de gastos que está afrontando la Cancillería para establecer la residencia y las actividades del embajador allí en Jerusalén, sino que además, esto es en abierta contradicción al compromiso del Mondino y a lo que establece la ley nacional. Es un hecho gravísimo”, analizó.
En cuanto a qué connotaciones tiene esa decisión a nivel internacional, remarcó que se está violando la resolución 478 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que estableció que Israel se encuentra en situación de infracción al establecer su capital en Jerusalén Este porque es un territorio definido por la propia Corte Internacional de Justicia, como ocupado en contravención al derecho internacional.
“Esta situación implica que la Argentina oficialmente está vulnerando con su decisión la integridad territorial de Palestina, que reclama esos territorios y vulnerando las disposiciones de Naciones Unidas al respecto”, alertó.
Y lo vinculó con el histórico reclamo de Argentina por las Islas Malvinas y el principio de integridad territorial. “Esto implica ni más ni menos desconocer la aplicación en esta situación conflictiva entre Israel y Palestina del principio de integridad territorial, que es el principio que la Argentina ha invocado históricamente en relación con su reclamo por Malvinas”, planteó.
Carmona sumó como agravante que instalar la embajada en Jerusalén “pone a todos los países árabes en la vereda de enfrente” y que puede tener consecuencias en la relación político-diplomática, en la relación económica y sobretodo, teniendo en cuenta que ese conjunto de países árabes apoyan a la Argentina en Naciones Unidas por Malvinas.
“Las consecuencias de esto son desastrosas en función de los intereses nacionales en general, pero muy particularmente en relación con la cuestión Malvinas”, criticó.