Paola Amiotti, médica veterinaria de Senasa, indicó que los casos que se están registrando son los habituales para esta época del año.
El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires confirmó 26 nuevos casos de triquinosis y, de acuerdo al último Boletín Epidemiológico, suman 47 los contagios desde en lo que va del año.
En diálogo con Radio Altos Paola Amiotti, médica veterinaria de Senasa, afirmó que es algo habitual que en esta época del año cuando empieza la faena casera domiciliaria y la elaboración de productos, se registren casos de triquinosis.
Remarcó que los contagios se pueden evitar de una manera muy fácil: analizando la carne del animal que se faenó.
Los estudios se realizan en veterinarias y en la mayoría de las áreas de bromatología de los municipios. “Es un análisis rápido, se hace en el día, y si el resultado es negativo la persona puede elaborar embutidos y chacinados. Si es positivo, tiene que destruir la carne”, enfatizó y agregó que el estudio no es costoso.
Respecto de la cantidad de casos que se han confirmado, señaló que se está “dentro de los parámetros normales”.
Según explicó, muchas veces las y los productores “confían en sus animales” y creen que no pueden tener en sus músculos el parásito Trichinella spiralis. Además, recalcó que hay un falso concepto de que el animal silvestre es sano, cuando también puede estar contagiado.
“La forma de contagio es por comer carne que tiene al parásito en el músculo y al consumirla de manera cruda, los jugos gástricos hacen que se desencapsule, pase al torrente sanguíneo, llegue al músculo y la larva se vuelve a encapsular”, precisó.
Amiotti aclaró que no solo en cerdos está presente el parásito, sino también lo han detectado en pumas y armadillos.
“El ser humano es el único que enferma teniendo síntomas clínicos, el resto de los animales no los presentan”, remarcó y detalló que los síntomas más habituales son fiebre, dolores musculares muy fuertes y problemas digestivos. Los casos más graves se dan en personas con antecedentes cardíacos y cuando el parásito se encapsula en el músculo cardíaco.