En Anfield, el equipo de Klopp se impuso 4-2, ante Newcastle, en un partido que mereció ganar mucho más cómodo.
La bendita Premier League volvió a entregarle un partidazo al mundo del fútbol en este primer día del 2024. En Anfield, por la fecha 20 del torneo, Liverpool -con algunos minutos de Alexis Mac Allister- le ganó 4-2 a Newcastle en un encuentro que mereció ganar mucho más cómodo. En consecuencia, lidera en solitario, con tres puntos más que el Aston Villa de Dibu Martínez.
Si bien terminó 0-0, el primer tiempo en Anfield no decepcionó y fue una montaña rusa de emociones. De hecho, finalizó así solo porque le anularon un gol a cada uno (en ambos casos por una posición adelantada) y porque Dubravka le atajó un penal a Salah. Cabe resaltar que el local fue ampliamente superior y desperdició varias claras -o, viéndolo de otra forma, la pelota no quería entrar-.
En el segundo tiempo, los primeros minutos fueron sencillamente increíbles, hipnotizantes, muy entretenidos. Liverpool, en modo aplanadora, logró rápidamente abrir el marcador (se desahogó Salah tras una buena jugada colectiva y asistencia de Darwin Núñez) y dominar completamente a su rival. En ese contexto, tuvo una ráfaga de situaciones clarísimas, en la que pudo ponerse 2-0, pero el arquero de Newcastle tenía puesta la capa de héroe.
Entonces, se comprobó la famosa teoría que implora que los goles que no se hacen en un arco, se hacen en el otro: de contra, Alexander Isak puso el 1-1 para la sorpresa de todos los espectadores. Sin exagerar, Liverpool merecía golear.
Tras la igualdad, el dueño de casa siguió enemistado con la pelota y el arquero Dubravka continuó atajando a un nivel inhumano. Hasta que, a los 75′, el elenco de Klopp repitió la fórmula del 1-0 (gran jugada colectiva, pase al medio y gol) para ponerse 2-1 (Curtis Jones). Y eso, destrabó el trámite: al poco tiempo llegó el 3-1, convertido por Gakpo tras una exquisita asistencia de tres dedos de Salah.
Sin embargo, Newcastle volvió a convertir inesperadamente (Botman de cabeza en el 81′) y emparejó de vuelta el duelo. Pero la ilusión de enhebrar un milagroso 3 a 3 le duró muy poco: brillante pase de un Mac Allister recién ingresado – Jota cae en un mano a mano contra el arquero – penal (que no fue) – 4-2 (Salah en el 86′).
Finalmente, pasaron los únicos minutos tranquilos de la jornada, el arbitro pitó el final y todo Anfield festejó desaforadamente. En suma, Liverpool se impuso muy bien en un partido donde la suerte no lo acompaño. Fue superior de principio a fin. Mereció ganar 8-0 en lugar de 4-2 (lo del arquero de Newcastle es para volver a destacar). Es puntero merecidamente. Juega muy bien. Nada más que agregar.
Fuente: TyC