Desde la agrupación Calle Belén, Enrique González habló de la problemática de consumo y de la necesidad de sumar “espacios de cuidado” para adictos.
Desde el próximo jueves y hasta el lunes se desarrollarán diversas actividades en Bahía Blanca en el marco de la marcha nacional denominada “Ni un pibe menos por la droga”.
La iniciativa la impulsan organizaciones vinculadas a la Iglesia Católica, entre ellas Calle Belén, el programa social, educativo y pastoral, miembro de la Familia Grande Hogares de Cristo. Todo comenzó en septiembre del año pasado con el inicio de la marcha en Ciudad de Buenos Aires y el 16 de febrero tendrá su eco en nuestra ciudad desde las 18h. El punto de encuentro será Güemes 250.
Enrique González, integrante de la agrupación Calle de Belén, indicó esta mañana en Radio Altos que la propuesta tiene dos consignas, por un lado “la Virgen nos visita y nos abraza”, con la premisa de que la Iglesia “sale y no solo espera”, y por otro, “Ni un pibe menos por la droga”.
Al analizar la situación de consumo de sustancias en la ciudad, en particular alcohol y drogas, consideró que es necesario recuperar o generar los espacios de cuidado de personas adictas.
“Cuando estamos en el territorio y trabajamos con una persona generamos el acompañamiento de otras 10 personas alrededor y después son familias enteras a las que acompañamos. El trabajo es multiplicador, el trabajo directo es como el efecto de una vacuna ante un virus”, describió.
En ese sentido, insistió en que se ha ido complejizando la posibilidad de acceder a lugares de internación de personas adictas. Dijo que solo en Villa Arias hay un espacio de internación a cargo del Estado, pero que solo tiene ocho lugares. El resto son todos espacios privados.
“Los centros de rehabilitación fueron desapareciendo; es la teoría sobre el abordaje de adicciones que recorrió el mundo y tomamos en Argentina. Es bueno revisar cómo eran esas intervenciones, pero no es bueno quitar todos los espacios de cuidado”, cuestionó sobre el cierre de centros de rehabilitación.
González enfatizó que los espacios de cuidado son necesarios en aquellos casos de adicciones muy complejas y de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Pidió generar mecanismos de cuidado y de prevención, con una presencia muy fuerte del Estado y que el abordaje de la problemática del consumo sea una prioridad para los gobiernos.
Por último, sostuvo que se debe avanzar, además de contar con espacios de internación, en las denominadas “habitaciones amigables o de medio camino” para ser utilizadas por aquellas personas que pasaron por un proceso de internación para recuperarse de sus adicciones pero que no pueden volver a sus hogares porque se encuentran en extrema vulnerabilidad.