La periodista Luciana Glezer señaló que para sostener la meta fiscal acordada con el FMI el gobierno de Milei tiene que ajustar en más de 10 billones de pesos.
“Tras las elecciones, inexorablemente vendrá un ajustazo”. Así lo expuso en Radio Altos la periodista Luciana Glezer.
Planteó que para sostener la meta fiscal acordada con el FMI el gobierno de Javier Milei tendrá que ajustar por lo menos 2 puntos del PBI en gasto primario no indexado, lo que equivale a más de 10 billones de pesos, según estimaciones que hizo el Instituto de Análisis Fiscal.
Remarcó que la gestión libertaria viene arrastrando una baja de la recaudación, primero con la eliminación del Impuesto PAIS que representa un 1% del PBI, luego con la decisión de eliminar de manera temporaria las retenciones lo que significó “un costo al fisco importantísimo de otro casi 0,4% del PBI”, y en tercer lugar por la caída del nivel de actividad. “El consumo está desplomado, con lo cual la recaudación de IVA acompaña esa recesión”, señaló.
Ante este panorama, no dudó en afirmar que el Ejecutivo nacional tendrá que ajustar alguna partida.
En ese punto, precisó que en el presupuesto del sector público nacional la mayoría de las partidas están indexadas, es decir, tienen actualización automática y no se pueden ajustar. Y por otro lado, están las partidas flexibles, entre ellas, los salarios del sector público nacional, los planes sociales (por ejemplo, asignación universal por hijo y tarjeta Alimentar), y los subsidios económicos a la energía y el transporte.
Particular mención hizo a la cuestión energética. “Argentina tiene el costo de la energía eléctrica dolarizado y hubo una devaluación acumulada que se acerca al 40% desde el cambio de política del crawling peg a la flotación entre bandas. Ese 40% que aumentó el dólar tiene un impacto en la factura de luz y gas del orden del 90%, pero no lo estamos viendo porque está siendo absorbido por el gobierno”, indicó.
Aclaró que la partida presupuestaria de subsidios aumentó considerablemente en julio y agosto y lo vinculó a los comicios, para que no se registren tarifazos en la previa del acto eleccionario.
Según su análisis, los “precios sinceros” de los que hizo bandera la gestión libertaria “están escondidos bajo la alfombra” tras la mencionada devaluación porque el impacto en las facturas tendría que haber sido del orden del 30 o 40% teniendo en cuenta cómo evolucionó el dólar. “Esto fue contenido por el sector público que aumentó considerablemente la partida de subsidios a la energía; por ejemplo, pasó de estar en una zona de cobertura que había llegado en el caso de los usuarios de altos ingresos a cubrir solo el 10%, a tener ahora un promedio de cobertura del 50% de la factura”, marcó.
Planteó que en la cuestión tarifas puede que haya un límite social y lo comparó con lo que ha ocurrido a lo largo de la historia en países como Francia, España o Inglaterra donde han caído gobiernos por fijar “tarifas impagables”.
“El tema tarifas es un punto sensible y eso explica en parte por qué el gobierno cubrió o atajó hasta ahora el aumento por devaluación”, reiteró.
Para Glezer, si el gobierno de Milei insiste en sostener la meta fiscal necesitará “conseguir y ajustar 10 billones de pesos”. Y aclaró que hay poco margen para seguir ajustando.
“¿Qué margen de ajuste tiene si resignó recaudación? Uno puede también llegar al equilibrio cobrando impuestos a quienes tienen más espalda financiera, a quienes pueden absorber, pero tenemos una cultura anti impositiva en Argentina muy fuerte también”, recalcó.
Y concluyó: “Se viene otro feroz ajuste para después de las elecciones, sin dudas en tanto y en cuanto el gobierno sostenga su bandera más sólida que es la de mantener el ordenamiento de las cuentas públicas y no gastar más de lo que ingresa. Sin dudas va a tener que realizar un brutal ajuste”.